José Ortega Munilla

Las armas de la victoria

Leído por Alba


José Ortega Munilla



En verdad que la espada con que el soldado defiende su patria, humilla al enemigo malo y le derrota, es merecedora del aplauso y del amor. P…

Antes de leer

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José Ortega Munilla



El niño vive en perpetua curiosidad. Él quiere saberlo todo, quiere aprenderlo todo. Ved cómo sobre la tierra sedienta …

Cisóforo el mago

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José Ortega Munilla



En los tiempos del triste rey Alfonso X, el Sabio, había en Valladolid un griego que llegó allí como criado de uno de l…

El botones

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José Ortega Munilla



Tipo lamentable de la sociedad moderna... A la puerta del hotel, en la antesala del club, en la redacción del periódico, en cu…

El chico de la tienda

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José Ortega Munilla



Al pasar por la puerta de la abacería que me sirve, dije al dueño: -Envíeme un cuarto de kilo de queso de Villaló…

El organillo de la muerte

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José Ortega Munilla



Cuando Pedro Andía y Juana Dióscoro tuvieron su único hijo, la falta de dinero quitó al bautizo toda brillantez…

El grumete

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José Ortega Munilla



Hace años que encontrándome yo en Cádiz, me invitaron a que visitase uno de los vapores que entonces hacían la c…

La capeta en el invierno

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José Ortega Munilla



No recuerdo cuándo fue. Sé que hace tiempo. Era una tarde huracanada y lluviosa del mes de enero. Los lejanos montes estaban c…

La prez en el surco

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José Ortega Munilla



Ya sabéis la historia de San Isidro Labrador. Pero yo quiero documentárosla con alguna anécdota bien comprobada. San Is…